martes, 26 de agosto de 2008

Inicios (1)

Ya hace 2 años que inició el proceso australiano.

Por aquel entonces tenía en mente estudiar un posgrado en Alemania pero las dificultades del proceso y la negativa del organismo que otorgaba las becas me hicieron pensar en otro destino.

Mi madre me comentó: "Mijo, aquí está Ovidio, hable con él". Ovidio es un emigrante guatemalteco que vive en Brisbane, Queensland, Australia, desde hace casi 20 años.


Del dicho al hecho transcurrieron 24 horas: "Qué tal Ovidio, fijáte que quiero hablar con vos de Australia, que me contés tu experiencia, ¿cuándo podés?"

"Veníte mañana a las 9 a mi casa y hablamos con una tacita de café" me dijo él.


Esa tarde-noche averigüé en la Internet lo más que pude de Australia, para no llegar tan atrasado en la información.

Recuerdo muy bien esa conversación porque cambió mi vida, aún no estamos en Australia pero llevamos más de 70% del trámite realizado.

Volviendo al famoso día, llegué a la hora pactada y empezamos a platicar de temas generales, política, la vida diaria, etcétera. Al poco rato ya estaba contádome Ovidio de su vida en Australia, de cómo se fue con sus padres y sus hijos cuando la guerra civil todavía se llevaba miles de muertos en nuestro país.


Me contó que primero fueron a México y que de ahí, después de contactar con la embajada australiana, lograron las visas para viajar como refugiados. Una de las cosas que más llamó mi atención fue su aseveración: "Hace 10 años la situación estaba mucho mejor, cosas han cambiado
para mal, pero aún así es el mejor país para vivir, nunca te arrepentirás de la decisión tomada".

Creo que esa seguridad en sus palabras fue lo que me convenció.

Yo no sabía de Australia más que lo normal, digamos la fauna nativa (koalas, canguros, walabis, wombats),
que 9 de las 10 serpientes más venenosas del mundo están en Australia, que hay muchos desiertos y zonas áridas, las películas de Crocodile Dundee, los Juegos Olímpicos de Sydeney 2000 que enseñaron mucho de ese país, que sólo tiene 200 años de historia, que está muy muy lejos.

Recuerdo en mi segundo año de la carrera de Medicina Veterinaria haber visto un anuncio en el que solicitaban
farmers, supongo era para poblar el despoblado país y sus regiones interiores. Por aquel entonces un amigo dijo "Vámonos" pero la familia y la fuerza de la tierr
a hicieron lo suyo. Ahora es otra historia.

Cuando Ovidio me contaba los beneficios y la tranquilidad que el Estado australiano otorga a las familias, especialmente a los niños, mis dudas se despejaron aún más.

Siendo nosotros un núcleo familiar de 4 miembros: mamá, papá, hijo e hija, noté que las ventajas para los niños serían lo más notable: que conocieran el mundo, que conocieran profundamente otro idioma, que conocieran también a fondo la multicultaridad, el respeto haci
a los demás, el cumplimiento de las leyes por todos los ciudadanos sin distinción de clase social, que no vivieran con miedo, con inseguridad, con angustia de los secuestros, los robos, las violaciones, la policía corrupta, las maras, el crimen organizado, el narcotráfico...

Después de informarme de la situación con Ovidio, su primer consejo fue buscar en la página del Departamento de Inmigración Australiano (Department of Immigration and Citizenship) sobre las posibilidades de visa existentes.

Él tenía la idea básica para ser aceptado como inmigrante en Australia: edad, profesión, inglés.


Así pues, mi investigación consumió las siguientes noches y días hasta tener la idea clara en mi mente.

Esos momentos son de euforia y excitación, uno quisiera estar ya en el Aeropuerto con todo arreglado, en aquellos momentos ya tenía una idea de los plazos que tienen que cumplirse hasta llegar a la solicitud de la visa y la concesión de ésta, pero nunca pensé que 2 años después aún estaría inmerso en los trámites.





mmm, creo que es una buena decisión...