miércoles, 9 de junio de 2010

Que no te vean la cara de "What?"


Así decía un anuncio de una escuela de inglés.

Lo cierto es que no importa cuanto practiques el idioma inglés en tu país de origen, cuantos programas gringos veas, cuantos libros o revistas o artículos leas, ni cuantas horas pases en esos cursos de inglés. El momento de la verdad viene cuando estás expuesto al inglés cotidiano: en las tiendas, en las gasolineras, en el supermercado, en la escuela de tus hijos, en la búsqueda de empleo...

Ahí es cuando tu receptor tiene que adaptarse a los diferentes acentos, a las diferentes velocidades con que las personas hablan. En mi caso, después de casi seis meses de estar en Canadá todavía tengo que pedir a ciertas personas que repitan lo que me dijeron....no les entiendo nada ni siquiera a la segunda vez. Por supuesto que son casos especiales pero que enseñan que no importa cuán seguro te sientas, siempre hay alguien que te sorprende y te deja con cara de "What?"

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